La actividad comercial en San Félix volvió a reactivarse. (Foto: MAURICIO VALENZUELA / EPASA)
Jesús Simmons
| Chiriquí, DIAaDIA
Calma. Es lo que se vive en San Félix, Chiriquí, después de que el pasado martes una turba por poco lincha al viceministro de Trabajo, Luis Carles. Sin embargo, anoche todavía un grupo de indígenas de Ojo de Agua, en Veraguas, mantenía la calle cerrada, acción que emprendieron desde el mediodía.
David Martínez, de la Coordinadora en Defensa de la Comarca y los Recursos Naturales, informó que por falta de comunicación desconocían que las protestas habían cesado, pero que estarán vigilantes a las órdenes del cacique comarcal.
Pasadas las 7:00 p.m. abrieron la calle, pero antes esperaban la llegada de los "hombres verdes", refiriéndose a los policías.
En tanto, en San Félix, los comercios abrieron sus puertas y los uniformados volvieron al cuartel que habían abandonado antes de que empezara la marcha indígena, signo de que el pueblo ha vuelto a la tranquilidad de siempre.
PACIFICOS Y POBRES
Dentro de la comarca, en lugares como Quebrada de Guabo, Molejón y Cerro Balsa, la tranquilidad era la misma. Las personas estaban en su faena diaria.
REGRESO MOLIDO
Mientras la paz reinaba en el corregimiento de San Félix, en el aeropuerto Enrique Málek de David, Chiriquí, el viceministro de Trabajo, Luis Carles, abordaba la avioneta con destino a la capital. Se le notó rasguños en ambos brazos y utilizando un cuello ortopédico.
¿MANO NEGRA?
El funcionario agradeció a los dirigentes indígenas y a los periodistas que formaron un anillo de seguridad a su alrededor el día que quedó en medio de la turba. No obstante, cuestionó la presencia de miembros del Frente Estudiantil Revolucionario (FER 29), a quienes acusó de estar incitando a la multitud para que lo amarraran, lo secuestraran y le pegaran.