Enfermera dedicada

Pasados los años logró entrar a la Universidad de Panamá, donde al principio le resultó difícil la situación, pues la carrera tenía materias muy complicadas, pero el amor por ayudar a los enfermos superó todas las expectativas y logró graduarse.

En plena juventud la mandaron al hogar La Esperanza, en Veracruz, donde veló por la salud de los ancianos; allí conoció la parte humana de su profesión y su estadía fue pieza clave para saber que había escogido la carrera que le correspondía.

Pasados los años regresó a la ciudad e hizo una práctica en el hospital Santo Tomás y Hospital del Niño, donde se volvió más fuerte y se preparó para su mayor reto: el Instituto Oncológico Nacional, donde ya tiene 25 años de servicio.

Lidiar con pacientes delicados

Herrera se arma de fuerzas todos los días, pues estar con pacientes de cáncer no es fácil; antes de que existieran tantos procedimientos médicos para curarlos, ella nunca les daba esperanzas a sus pacientes, porque era alejarlos de la realidad, pero hoy las cosas son diferentes, y ella es una de las que más los alienta, porque hay posibilidades de cura.

A pocos años de jubilarse, María no se detiene y este año dará inicio a una especialización en Oncología que le ayudará a conocer más sobre el cáncer y cómo evitarlo.