Rompecabezas llevó solidaridad y amor a Las Barretas de Olá

Dos misiones, una travesía


Cerrar!

Fue difícil llegar, pero se les dotó de camas con sus colchones y sábanas.

  • Dos misiones, una travesía

    Fue difícil llegar, pero se les dotó de camas con sus colchones y sábanas.

  • Dos misiones, una travesía

    Las bolsas de comida no podían faltar.

  • Dos misiones, una travesía

    Se premió a los primeros puestos de honor, que recibieron bicicletas.

  • Dos misiones, una travesía

    Nada como la satisfacción de ayudar al prójimo.

  • Dos misiones, una travesía

    La faena comenzó en la capital y terminó en las montañas de Olá.

  • Dos misiones, una travesía

    Llanto de alegría y camas para dormir a gusto.

  • Dos misiones, una travesía

    Estos niños siempre durmieron en el suelo. ¿Ven sus sonrisas?

  • Dos misiones, una travesía

    Cada graduando recibió su radiograbadora para escuchar las clases de El Maestro en Casa.

  • Dos misiones, una travesía

    Ni la mala carretera detuvo al grupo.

  • Dos misiones, una travesía

    Una humilde cocina quedó bien equipada y abastecida.

  • Dos misiones, una travesía

    En una de las casas de las familias beneficiadas, el grupo sonríe después de cumplir con su misión.

  • Dos misiones, una travesía

    Armando camas, ayudando a vivir con dignidad.

  • Dos misiones, una travesía

    La alegría de compartir, la satisfacción de ayudar.

  • Dos misiones, una travesía

  • Dos misiones, una travesía

  • Dos misiones, una travesía

Redacción - DIAaDIA

Veinte estudiantes del programa El Maestro en Casa no podrían graduarse este año. ¿La razón? Su precaria situación económica les impedía matricularse y comprar el material necesario para culminar los trimestres de clases, pues perdieron su medio de sustento cuando una plaga acabó con sus cultivos de café.

Eso sucedía en Las Barretas del distrito de Olá, en la provincia de Cocle a mediados del año pasado. El panorama se pintaba oscuro, pero cambió cuando el grupo Rompecabezas, formado por profesionales de diversas ramas que realizan una actividad al año para ayudar a familias que viven en extrema pobreza, se enteró de la situación.

En su momento, Irasema Muñoz, coordinadora de la región de Coclé del programa El Maestro en Casa, informó al grupo lo que podría suceder y, de inmediato, sus integrantes donaron los recursos necesarios para que los estudiantes culminaran el 3er año y pudieran graduarse.

El pasado 27 de enero, asistieron al acto de graduación invitados por el Instituto Panameño de Educación por Radio (IPER), dirigido por el padre Fernando Guardia. Pero antes de eso, visitaron Las Barretas y decidieron ayudar, además, a dos familias que presentaban un alto nivel de pobreza.

En una de ellas, había fallecido el cabeza de la familia. Se trataba de un señor que formaba parte del grupo que se graduaba, pero que la muerte lo sorprendió meses antes de cumplir su meta.

Según su esposa, estaba entusiasmado con el estudio y su materia favorita era el Inglés”, explica Jorge Muñoz, uno de los miembros de Rompecabezas.

En la otra familia, un derrame cerebral de la señora de la casa también le impidió continuar con sus estudios en el Maestro en Casa.

Pobreza en su máxima expresión

Para llegar a ellas, hubo que atravesar ríos, caminos sin carreteras, con lodo y subir colinas entre la selva.

“Nuestra visita de inspección nos dejó perplejos. Vimos dos hogares en donde no todos sus miembros tenían una cama donde dormir. Pisos de tierra, no tenían dónde guardar su ropa; a lo que le llamaban baño era un pedazo de lona vieja que arropaba unos tubos y que no cubría todo el perímetro, niños durmiendo sobre un pedazo de alfombra vieja. No hay luz, ni agua potable. En fin, el panorama era desgarrador”, sigue diciendo Muñoz.

En consecuencia, el grupo se propuso dos misiones: la primera, premiar a los graduandos por su logro, y la segunda, ayudar a las dos familias necesitadas.

Así, motivados por ambas misiones, empezó su labor de conseguir los fondos necesarios para cumplirlas. Los apoyaron personas con un gran corazón, entre compañeros de trabajo, familiares, amigos, conocidos y empresarios.

Se propusieron llevarles a los graduandos el mensaje de que solo estudiando, dejarán atrás la probreza extrema y de que transmitieran ese deseo de superación a sus hijos. Además, fueron premiados con una radiograbadora para que puedan escuchar sus clases, bolsas de comida y linternas, entre otros enseres. Se premió también al facilitador, ya que éste brinda su tiempo y sus conocimientos, sin recibir un salario. Así lo hacen todos los facilitadores de El Maestro en Casa.

Por si fuera poco, se les entregó una bicicleta a cada uno de los niños que ocuparon los 3 primeros puestos de honor de 6to grado y de 9no grado, en la escuela de la comunidad, enseñándoles que estudiar sí paga.

Para las familias, se equiparon sus hogares con camas, colchones, sábanas, almohadas, bolsas de comida, estantería, máquinas de moler, artículos de primera necesidad y enseres para el hogar. Les dejaron todo armado y ordenado, las camas forradas y les enseñaron a usar los utensilios.

“Nos sorprendió mucho que no conocieran el “corn flakes”, ni el exprimidor de naranjas; siendo éste un lugar donde abunda esta fruta”, señaló Jorge Muñoz.

En fin, fue una experiencia gratificante, a pesar de que llegar hasta allá, no fue nada fácil. Por suerte, un ángel de la guarda, como le apodan a un amigo del grupo, es propietario de un súper pickup, que ayudó a remolcar los carros que no podían subir las inmensas lomas escarpadas. Pero valió la pena.

“Ver lagrimas de alegría en las familias, ver niños felices porque al fin dejarían de dormir en el duro y frío piso, nos alentó a pensar, desde ya, en qué actividad haremos el próximo año, para seguir aportando nuestro granito de arena, apoyando a los que menos tienen”, terminó diciendo Muñoz en representación de Rompecabezas.

 
suscripciones