Tristeza y desconsuelo. Eso fue lo que vivieron los familiares de Alejandro Bedoya, de 34 años, un contratista de "gypsum" de la construcción, que fue encontrado muerto ayer.

El cuerpo inerte estaba en un matorral cercano al tanque de agua en la barriada Liberación 2000, de Torrijos Carter.

Los moradores del lugar alertaron a la Policía del cadáver, que estaba en avanzado estado de putrefacción.

Bedoya tenía a su lado un arma. Además, le faltaban los dedos de sus pies y manos.

Los familiares acudieron al lugar y rompieron en llanto al reconocer a su ser querido.

El occiso había sido reportado como desaparecido desde el pasado 3 de febrero, cuando los familiares lo reportaron en la Policía Técnica Judicial

Ahora las autoridades tendrán que investigar quién o quiénes son los responsables de este crimen.