Faltan dos días para que empiece el Carnaval y ya se siente la alegría de miles de panameños, menos la mía, que tengo que trabajar. Este año me limitaré a ver esa pegajosa fiesta en mi televisión, porque ir a gozar a la Transístmica, lo dudo, pues pararme en una tarima a ver como Olga Tañón se gana más de 100 mil dólares, me dolería en el alma, ya que nada extraordinario hará. Nuevamente cantará "Mentiroso", "Muchacho malo", "Bandolero" y otros temas que la hicieron famosa hace aaaaños. ¡Deja eso!
Prefiero gozar al ritmo de las tunas de La Villa, Las Tablas y los Carnavales que transmitan las televisoras, pues a pesar de no tener los millones que les da el Gobierno al Carnaval capitalino, quedan mucho mejor. Y eso no lo dudo, porque he carnavaleado en Aduadulce, Penonomé, Las Tablas, Chepo, Capira, Antón y he visto como se esmeran en presentar una fiesta para gozar y divertirse.
No lo dudo, este año morderé la almohada por no estar metido en el jolgorio, y más rabia me dará el solo hecho de pensar cómo el Carnaval capitalino no es ni la sombra de lo que fue cuando era niño. En ese tiempo las atracciones eran las decenas de carros alegóricos, la serpentina, el disfraz que te ponían tus padres y, por supuesto, las comparsas que te hacían bailar, aunque fueras un "bobo". Ahora los hay, pero no son como antes. ¡Qué lástima!
¡Ironía de la vida! Ahora hay más plata y son peores. No pierdan millonadas en el Carnaval capitalino y para el otro año denle una "porción" a los pueblos del interior que se esmeran más y presentan Carnavales digno de reportajes internacionales.