Tremendo descuido

Fue a las 7:00 p.m. cuando el transportista se disponía a bajar del carro, pues había terminado el recorrido, cuando se encontró con la sorpresa de que aún había un pasajero y era un menor de edad.

Inmediatamente, el conductor llamó a la Policía y el niño fue llevado a la subestación de Niñez y Adolescencia, ubicada en Santa Librada.

Las horas fueron pasando y ningún familiar llamaba a la subestación para reportar al menor de edad como desaparecido.

Las unidades de la Policía, al conversar con el infante y pedirle su nombre, notaron que no lo sabía como tampoco el de sus padres.

Durante la estadía del niño no le hicieron falta las atenciones, pues los uniformados de turno lo alimentaron, jugaron con él y hasta velaron su sueño, porque se durmió en la madrugada.

Fue a las 11:46 a.m. de ayer, cuando familiares del niño acudieron a la subestación a buscarlo, alegando que ellos pensaban que él estaba en la casa de una tía, pues su madre vive en Darién y desde hace dos años ella lo envió a la ciudad para que tuviera mejor calidad de vida.

El infante, al ver a la abuela, no aguantó más y grito: ¡abuela, abuela!, y sus bracitos rodearon a la adulta mayor con una sonrisa de felicidad. Ellos lo perdieron cuando estaban en el centro comercial de Los Andes.

Saribeth Rodríguez, de la Policía de Niñez de San Miguelito, manifestó que el niño se le entregó a las personas, pero se abrió una investigación.