¿Cuántos padres no han oído a su hijo susurrar: ¡Mamá... papá, le tengo miedo al agua! y seguido se escuchan gritos, pataleos y un gran llanto cuando se sumergen en ríos, playas o piscinas?
Pues, no se asombre, lo más probable es que su hijo sufra de alguna fobia al agua.
Según la psicóloga América Murillo, nadie le tiene miedo al agua, porque si fuera así, las personas no se bañaran. Lo que sucede, señaló, es que sufren de un mal denominado: "fobia a aguas profundas".
La especialista dijo que lo primero que hay que recordar es que vivimos en un país tropical, donde hay aproximadamente nueve meses de lluvia, y muchos jóvenes tienen contacto con experiencias traumáticas. Dentro de éstas se encuentran experiencias por ahogamiento o prácticas indirectas de observar a alguna persona u animal en esta situación. Esto provoca que muchos padres sobreprotejan a los más pequeños e, incluso, los asusten cuando les hablan del mar, río, piscina, en fin.
Un dato curioso es que Murillo considera que la mayoría de los jóvenes que viven y se crían en el interior, están acostumbrados a nadar en los ríos desde muy pequeños; pero que aquellos jóvenes que no han sido expuestos de una manera agradable, sufren temor por el resto de sus vidas.
Es más, acotó que los niños y jóvenes de áreas urbanas, debido a la falta de entrenamiento en natación y a la exageración de temor por parte de sus padres, les cuesta mucho más eliminar este tipo de traumas.
RECOMENDACIONES
La especialista afirmó que lo más recomendable son cursos de natación, que crean en los niños independencia y seguridad a la hora de estar en una playa, piscina o ríos. Además, mencionó que como vivimos en un país tropical lleno de ríos, mar y lagos, lo mejor es entrenarlos a nadar. Un punto importante es que los cursos deben ser impartidos por profesionales, para que puedan aprender sin traumas. La familia juega un papel importante; por eso, deben llevar a los pequeños a ríos, piscinas y playas con la supervisión, cuidado y confianza adecuada. De nada sirve llevarlos a estos lugares de diversión, si no saben nadar o enfrentarse a una ola u otras situaciones que puedan exponerlos y más tarde les va a dar miedo. Explicó que hay que seleccionar muy bien a dónde los van a llevar, ya que en Panamá tenemos muchas playas en el área del Pacífico, donde han robado arena y se forman unas olas muy altas, que resultan bastante traumáticas si los arrastra, creándoles temor al agua. Los padres deben llevar a sus hijos a playas, piscinas y ríos donde vean el fondo y, por supuesto, todo esté tranquilo. Además, que los mayores no estén asustados. Por último, afirmó que aquellos niños que nunca han visto el río, mar o piscina y les da miedo, es tan sólo porque es una experiencia nueva, por tratarse de lugares que no son tranquilos.
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