Jaime Ábrego y Luis López. (Fotos: Erick Aurelio Marciscano / EPASA)
Didier Hernán Gil
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Dicen que solo les falta ser hermanos. Así se enlaza la experiencia que han compartido Jaime Ábrego y Luis López. El primero es vendedor de una empresa distribuidora de productos lácteos y el otro es soldador profesional. Ambos residen en la barriada Los Marineros de Aguadulce, tierra que los ha visto crecer y es a la vez testigo silencioso de las aventuras que estos dos amigos han compartido.
Una de sus últimas hazañas, de estos amigos inseparables, fue un domingo en familia. Ellos se trasladaron con sus hijos a la playa El Salado y allí surgió otro reto en conjunto.
Sucede que compraron para almorzar un pescado frito y a la hora de pagar quedaron sorprendidos por el costo. En efecto lo pagaron. Pero en sus mentes corría la idea de que había que hacer algo. Eso los llevó a lanzarse en la venta dominical de chorizos, chuletas y otros productos asados en la mencionada playa coclesana.
Ya tienen más de un año en este negocio y a criterio de ambos, esta es otra entrada económica más, pero afirmaron que lo hacen como un pasatiempo, pues van a la playa, comparten en familia y a la vez recogen muchos reales, mientras que en la semana se dedican a sus labores profesionales.
La amistad de estos coclesanos es tal, que ayer, a pleno medio día estaba colocando un techo en la barriada Boulevard. Se pudo conocer que ambos estaban como la chicha de "kool-aid", en toda las ligas deportivas y actividades escolares. También compartieron muchas travesuras con Carlos "El caballo" Lee, pues son vecinos.
Jaime Ábrego comparte esta faceta con sus hijas: Caroline, Adriana y su esposa Lirabeth. En tanto, Julio López siempre está apegado a su hija Danna Paola. Todos se han empapado ya en este negocio. ¡Qué les parece¡
A LA ORDEN
Este puesto ambulante abre todos los domingos desde el mediodía.