Innovadora ‘Jumbo Rumba’

Y es que el pueblo no ha extrañado para nada a los artistas internacionales, ya que los nacionales han demostrado que en Panamá sí hay talento.

El sábado, segundo día de Carnaval, arrancó con la buena música típica de Manuel de Jesús Ábrego y Abdiel Núñez, seguido del “Escorpión de Paritilla” Osvaldo Ayala. Este último hizo una interacción con Rabanes, haciendo que el público estallara de euforia al ritmo de “Dando vueltas”, “Bam Bam”, “Señorita a mí me gusta su style”, entre otras canciones que hicieron una exitosa mezcla del típico con el rock.

“Estamos muy contentos de compartir con nuestro gran amigo Osvaldo. Además, el ‘show’ que les estamos presentando fue igual al que hicimos cuando estábamos de gira por Holanda y Bélgica, pero acá en Panamá lo gozamos más“, argumentó entre risas Emilio Regueira, vocalista principal de la banda roquera.

Después de las mencionadas presentaciones se abrió el compás para recibir a las agrupaciones de ritmos tropicales, desfilando así, Sociedad Anónima (en la que Rafal Moreno, exparticipante de Vive la Música, enamoró al público femenino con sus temas).

Le siguió Lucho Barrantes y su orquesta y el grupo los Fusionados, este último dio muestras de que su cantante femenina sabe interpretar un buen tamborito, y destacaron así las tradiciones de nuestra región.

Definitivamente, el género urbano fue lo más gozado en la noche con los temas de Monthy, quien supo ganarse a su público por medio de sus interpretaciones y su atrevida decisión de cantar dentro de la tribuna, formando la algarabía, sin caer en lo conflictivo.

“Estoy muy emocionado de compartir con ustedes, ya que les debo lo que soy ahora mismo. Muchas gracias por su apoyo”, expresó el famoso artista.

Para cerrar con broche de oro, ya pasadas las 2:00 a.m., llegó el turno de los artistas más esperados de la velada: los hermanos Machore, conocidos popularmente como Mach & Daddy, quienes al ritmo de “Pásame la botella”, “Cómo lloro”, Gracias a Dios”, “Pasado pisado”, entre otros temas, se echaron a los presentes en el bolsillo hasta altas horas de la madrugada.