"No hay mal que por bien no venga", reza el dicho. Jaime Liao, un escritor panameño, es fiel prueba de que "Dios aprieta, pero no ahorca". Por su estado de salud, los doctores diagnosticaron que Liao ya no podría seguir trabajando, eso fue hace como cuatro o cinco años.
Desde entonces, este hombre se ha dedicado a elaborar folletos, cada uno de los cuales guarda una enseñanza distinta.
AMANTE DEL FOLCLOR
La última obra de Jaime Liao está basada en los apuntes de una mujer amante del folclor panameño, que no es más que la folclorista coclesana Rosita Liao, su hermana.
Este folleto surge de la manera más casual, pues sucede que Jaime Liao encontró los apuntes de la clase que su hermana dictaba en casa de uno de sus estudiantes, fue entonces que decidió compilar la información, darle forma y lanzarla al mercado.
MODUS VIVENDI
Para Liao, el objetivo de compilar esta obra es recuperar el folclor nacional que se está perdiendo. Sumado a ello, la falta de normas que le digan a la gente "que esto se hace de tal modo", como es el caso de los tembleques. A la vez, está la posibilidad de que las personas que lean este folleto y estén desempleadas, pueden fácilmente aprender a hacer unos buenos tembleques y convertir esta pieza folklórica en un modus vivendi.
TEMBLEQUES QUE NO TIEMBLAN
"Los tembleques no son más que la imitación de las flores que tenían nuestras bisabuelas en sus jardines", comenta Liao. En este folleto, va a encontrar 18 pares originales que usaron nuestras abuelas para adornar su cabeza. Agrega Liao, que los tembleques de hoy ya no tiemblan porque la gente los hace como le da la gana y con lo que encuentran.
Otros datos que ofrece la obra es la forma correcta de usar los tembleques, porque hoy día la gente usa una cabeza de tembleques enorme y se quieren poner todos los tembleques habidos y por haber, sin tomar en cuenta que no todas las mujeres tienen la cabeza del mismo tamaño; "por lo tanto, no deben usar los 18 pares de tembleques".
Queda por sentado que "Las flores de la pollera" es una obra que merece estar en la casa de todo panameño, y en especial del penonomeño que desee conocer más de folclor y, sobre todo, para que sepa utilizar bien una cabeza de tembleques.
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