Lo devolvieron vivo
José presenta un golpe en la cabeza, producto de un cachazo. Cuando lo soltaron, la capucha se le quedó pegada en la herida. (Foto: Miguel Cavalli y Mirna Rogers / EPASA)

Denise Lara | DIAaDIA

Ante todo, un suspiro y palabras de agradecimiento a Dios, por haberle dado una nueva oportunidad de vivir. Así se inició la entrevista con José Alfonso Martínez Córdoba, de 30 años, quien fue raptado por equivocación la tarde del lunes en Villa Lucre.

José, quien fue liberado esa misma noche, contó en exclusiva a DIAaDIA lo que sucedió. A eso de las 3: 30 p.m., salió del trabajo junto a sus compañeros, pero justo cuando se disponía a abordar su auto, un Nissan Sentra blanco, cinco sujetos lo rodearon, lo agarraron y lo arrastraron hasta un carro Mazda crema. Mientras todo sucedía, sus compañeros, que fueron testigos de todo, gritaban por ayuda.

NUBE NEGRA

Ya dentro del vehículo, José fue amarrado, amordazado y encapuchado. Lo amenazaban con matarlo, pero no le decían por qué. Seguido, le acercaron un pañuelo al rostro y lo durmieron, para llevarlo a un destino desconocido. Luego de varias horas de inconsciencia, José despertó al sentir un frío chorro de agua.

"¡YA LO TENEMOS, PATRON!"

Sus raptores hicieron una llamada, informando al jefe que ya tenían "al muchacho", minutos después llegó un vehículo. Al abrirse la puerta, el jefe lo miró y les dijo que ese no era a quien buscaban. Inmediatamente, dio la orden de soltarlo y de no hacerle daño, pero más tarde, pues la calle estaba "caliente" en ese momento. Al parecer, un tatuaje que tiene José en el vientre, descartó que fuera él a quien querían, y antes de la medianoche lo dejaron, amarrado aún, en un matorral de Los Caciques, en la vía Tocumen.

GRACIAS

José y su familia agradecen la ayuda divina, pues sienten que el éxito de la operación se debió a la ayuda de Dios. Aún no supera el trauma de tal experiencia, y en este momento se encuentra recuperándose del impacto y de las heridas en la casa de uno de sus hermanos, junto a su esposa e hijos. Pese a todo, José también agradece a quienes lo raptaron, pues luego de aclarado el malentendido, lo trataron bien y lo dejaron vivir.

NI UNA PALABRA

Los raptores en ningún momento se dirigieron a él, ni le preguntaron nada sobre cuentas de dinero ni drogas.

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