HISTORIAS
Se busca Santo

Redacción | DIAaDIA

Perdóname, Señor, que venga a molestarte, pero se me acaba de ocurrir una idea: Dicen que tienes necesidad de un Santo y pienso que tal vez podría servirte yo... Vengo, pues, a ofrecerme para tal empleo; creo que podría cumplir bien esa ocupación.

A pesar de lo que digan, el mundo está lleno de personas perfectas. Hay muchos que te ofrecen tantos sacrificios, que, para que no te equivoques al contarlos, los marcan con pequeñas cruces en un cuadernillo. A mí, la verdad, no me gustan los sacrificios, me fastidian enormemente... Lo que te he dado, Señor, tú sabes bien que lo has cogido tú mismo sin pedirme permiso y, lo más que yo he hecho, ha sido no protestar... Hay también otros que se corrigen de un defecto por semana y ¡claro! serán forzosamente perfectos al cabo de un trimestre. Pero yo no tengo suficiente confianza en mí para hacer eso, ¿quién sabe si perseveraré al cabo de la primera semana? ¡Soy tan impulsivo, Dios mío!. Por eso, prefiero quedarme con mis defectos, aunque usándolos lo menos posible... Las personas perfectas tienen tantas cualidades, que no hay sitio en su alma para otra cosa, y por lo tanto, nunca llegarán a ser Santos. Pero un Santo, Señor, yo creo que es ser un vaso vacío, que tú llenarás de tu gracia, con el amor que desborda tu corazón, con la santidad de los Tres. Pero si tampoco tú quieres de mí, Señor, no insistiré. Piensa, en mi propuesta, que va en serio. Cuando vayas a tu bodega a sacar el vino de tu amor, acuérdate que, en cierto lugar de la Tierra, tienes un pequeño vaso a tu disposición.

Y yo... ¿Qué hago?

Ciudad de Panamá 
Copyright © 1995-2007 DIAaDIA-EPASA. Todos los Derechos Reservados