Raúl Enrique Torres Guerra nunca llegó a cenar a la casa de su madre, como le había dicho a un grupo de amigos el Martes de Carnaval en el pueblo de Cucui, en Puerto Armuelles, donde reside.
Esa noche desapareció, misteriosamente, junto a su bicicleta estilo "panga", a pocos metros de una residencia donde anteriormente vivía con su compañera sentimental y también, en el mismo camino que lo lleva a la vivienda de su madre.
Flor Idalia Guerra, su progenitora, dice que su hijo llevaba un pantalón jeans, suéter rojo con blanco, una gorra y chancletas. Además, tiene dos dientes de oro y las orejas con orificios para aretes.