Todos los productos fueron decomisados para su destrucción. (Foto: JESÚS SIMMONS /EPASA)
Jesús Simmons
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Ponen en duda el desayuno de muchos. Ayer, los funcionarios de Salud encontraron toda clase de porquerías en varios locales ubicados en Curundú, en donde se preparaban chichas, empanadas, mortadelas y pollo frito. Esto fue en un operativo sorpresa.
Lo peor y más lamentable es que estos comercios son los que surten a los vendedores de chichas y empanadas que recorren las construcciones y las oficinas gubernamentales de la ciudad capital.
En uno de los locales las cucarachas se paseaban por los sacos de harina, empanadas y presas de pollo que estaban listas para la venta. En otro de los establecimientos la peruana Gloria Cuadros, de 40 años, dijo que tenía solo un mes de estar trabajando en el lugar.
Allí los funcionarios encontraron aceite rehusado, que de lo negro que estaba parecía petróleo. También se halló una nevera llena de agua con sangre, pollos, chorizos, mortadelas e hígados.
Jorge Hassán, director de la Región Metropolitana de Salud, manifestó que estos locales no tenían permisos de salud para operar e incluso uno que había sido cerrado anteriormente, se encontraba operando.
Agregó que se inspeccionaron ocho comercios, de los cuales solo uno cumplía con las medidas de Salud. Los siete locales que no estaban en regla fueron cerrados, porque atentaban contra la salud de los panameños.
DONADOS
Las carnes y pollo decomisados en buen estado fueron donados al Parque Summit, dijo Hassán.