Todos estaban muy afligidos. Portaban suéteres que decían Franklin: "Siempre te recordaremos". (Foto: ROBERTO BARRIOS/ HERMES GONZÁLEZ /EPASA)
Milagros Murillo F.
| DIAaDIA
"Él me está dando fuerzas para soportar esto", fueron las palabras de la señora Elizabeth Tejada, abuela de Franklin Comparaz, de 12 años, quien falleció ahogado la tarde del 16 de febrero en un charco ubicado a metros del Corredor Sur.
Este niño, quien pertenecía desde hacía tres años a la Brigada Infantil del Cuerpo de Bomberos, fue vestido con su uniforme de camisa roja y pantalón blanco, además fue llevado a su casa en Teremar, donde en medio del llanto sus seres queridos compartieron anécdotas de él.
Por allí estaban sus hermanos más pequeños y su dolida madre Lizbeth, quien le pidió que desde el cielo siguiera cuidando a sus hermanitos.
La muerte de Franklin fue como una puñalada para todos, nadie imaginó que una acción de niños terminaría en tragedia, pues el día del accidente, él, su hermano, primo y otros amiguitos se habían ido a "montear" para cazar iguanas y ñeques, tristemente, encontraron la desgracia. Tras la autopsia se comprobó que al resbalarse y caer al agua, Franklin se golpeó la cabeza.
Con mucho pesar, el teniente de los bomberos Nemesio Zambrano recordó que el martes él había llamado a la abuela del niño para que este participara el miércoles de una actividad de Verano Feliz, pero como se desviaron de ruta, nunca llegaron a la actividad.
Además de ser "bomberito", Franklin era amante del fútbol, por lo que dos balones fueron firmados por sus seres queridos y sepultados junto a él. El féretro del pequeño fue llevado en una romería hasta la Iglesia Santa Rita de Cascia, en Bello Horizonte, y luego trasladado al cementerio de Juan Díaz.
BONDADES
Franklin se caracterizaba por ser un niño de bien, él cursaría el octavo grado en la Escuela Ernesto T. Lefevre.