
El acceso por el río es muy costoso para los residentes de San Juan de Pequení, por el alto costo de la gasolina.
Fotos: JESUS SIMMONS
El acceso por el río es muy costoso para los residentes de San Juan de Pequení, por el alto costo de la gasolina.
Fotos: JESUS SIMMONS
El acceso por el río es muy costoso para los residentes de San Juan de Pequení, por el alto costo de la gasolina.
Fotos: JESUS SIMMONS
“Tenemos muchas necesidades y el agua es una de ellas. Tenemos que ir a buscarla al río para cocinar, lavar y bañarnos”.
Berta Adames
“No tenemos agua, por eso tenemos que usar la del río para hacer nuestros quehaceres. Nos gustaría tener agua en la comunidad”.
Maria Delgado
“Queremos tener más giras médicas, mejor transporte y barato, porque sale demasiado costoso. Además, agua potable para vivir mejor”.
Daniel Espinoza
“La vida es muy dura aquí, porque hace falta agua, el transporte es caro. Tampoco tenemos servicios de salud, solo cuando vienen las giras médicas”.
Diofanor Sarco
“Aquí no hay nada, vivimos de la agricultura de subsistencia. Queremos agua, luz y un transporte digno para la comunidad”.
Magdalena Cordoba
“Necesitamos un puesto de salud, porque cuando nos enfermamos tenemos que ir a Chilibre y eso nos cuesta mucho dinero”.
Jesus Quiroz
Aprovechan cada gira de salud.
Sus casas son de paja y madera.
Viven de la agricultura y la pesca.
Tan cerca y tan lejos. Hace muchos años, al Parque Nacional Chagres, corregimiento de Chilibre, llegó un indígena emberá llamado San Juan de Pequení, por lo que la tierra que habitó lleva su nombre.
Esta historia sobre los orígenes de San Juan de Pequení la cuentan los más viejos del pueblo, al que se llega navegando por el lago Alajuela y el río San Juan.
El acceso no es nada fácil, menos barato, porque se tiene que hacer en cayuco en los que se paga $3.00 por persona, pero si es un viaje especial los lancheros cobran hasta $80.00.
A pesar de que la travesía por el río no es nada fácil, pues en algunos tramos los pasajeros tienen que bajarse a empujar el bote, el paisaje es espectacular.
Esta comunidad está formada aproximadamente por 300 emberá y latinos, quienes en pleno siglo XXI no cuentan con los servicios básicos para vivir. Uno de los mayores problemas que denunciaron los moradores es la falta de agua, por eso no les queda de otra que usar la del río para cocinar, bañarse y lavar.
Tampoco tienen energía eléctrica ni servicios de salud, pues estos les llegan cuando son visitados por las giras que hacen los funcionarios de salud.
Ante este reclamo, el doctor Algis Torres, director de la Región de Salud de San Miguelito, Las Cumbres y Chilibre, explicó que llevar giras a esta comunidad tiene un costo aproximado de 17 mil dólares.
Admitió que lo ideal sería construir un puesto de salud en el lugar, pero como es Parque Nacional, el Ministerio de Salud no puede hacer ninguna edificación en la comunidad.