Esta es para los inspectores de la Lotería Nacional de Beneficencia (LNB). A pesar de que el sorteo de oro ha tomado mucha acogida entre los panameños, al parecer, todavía no hay mucho incentivo entre los billeteros que persisten en vender los chances casados.
Un lector reportó que en Calidonia, cerca de donde se abordan los taxis piratas, en toda la esquina del almacén de calzado Grafitis, una señora de la tercera edad continúa con esta práctica de poco gusto para los clientes. ¡Hasta cuándo!