Celelia es la integrante más adulta de la comparsa Los Pumas. (Foto: A. Méndez y G. Bocanegra / EPASA)
Viola Guevara Gallimore
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Para poder contarles lo que a continuación van a leer tuvimos un pequeño inconveniente con las unidades policiales que revisan en la entrada de la ruta del Carnaval capitalino, ya que al tratar de ingresar, se nos decomisó una de nuestras herramientas de trabajo: un bolígrafo. La respuesta de los uniformados fue: "La ley entra por casa". Pero eso no fue impedimento para continuar con nuestra misión y aquí está el resultado.
NO SE DEBILITAN
En la ruta del Carnaval de la Transístmica el desfile se inició con la comparsa Los Pumas de Arraiján, quienes vestidos de anaranjado con verde y amarillo pusieron al público a bailar. "Arriba y abajo" era una de las frases que cantaban y el público los seguía.
Esta comparsa está conformada por 170 integrantes, contó la dirigente Mireya Magallón, quien bailaba al son de la conga.
Magallón narró que la comparsa tiene alrededor de 50 años y es un negocio familiar. Recordó que un día miembros de su familia junto a otros habitantes de Arraiján decidieron formar un grupo de animación.
Precisó que sus primeros instrumentos fueron pailas para hacer arroz, tanques de agua, sartenes y hasta calabaza; y con el cuero de los "vena'os", se confeccionaban las congas.
Poco a poco las comparsa fueron realizando actividades como ventas de comida, recibían donaciones en sus presentaciones y así fueron comprando sus instrumentos.
ESTAN ACTIVOS TODO EL AñO
El negocio de la comparsa no es sólo los carnavales, pues ellos también asisten a cumpleaños, bodas, bautizos y fiestas de todo tipo, confesó Magallón, quien admitió que pese a que realizan actividades durante todo el año, les gustaría tener más apoyo de las autoridades de turno.
EL MAS NUEVO Y LA MáS VIEJA
Mientras conversábamos con Mireya, en la primera fila de la comparsa estaba un niño, quien no paraba de bailar ni de mover sus hombros. Era Kevin, el más chico de la comparsa, quien se la pasó toda la distancia reído. Más atrás de Kevin estaba la señora Celelia, la más "viejita" de Los Pumas, quien tiene 77 años y se mueve como cuando se inició en el grupo hace 40 años.
Magallón manifestó que la comparsa ha crecido y orgullosamente dijo que llevan cuatro años consecutivos (de cinco que han participado) ganando el primer lugar de la mejor comparsa en el Carnaval capitalino. Se conoció que el primer año ganaron el segundo lugar y después de allí no han bajado.
Explicaron que si este año se llevan de nuevo el premio, se harán acreedores a 3 mil balboas, que les servirán para seguir comprando instrumentos, ya que todavía cuentan con las pailas que utilizaron cuando empezó.
Junto a la comparsa Los Pumas participaron en el desfile de ayer, otros 16 grupos, tales como: Los Campesinos de El Chorrillo, Los Monarcas de Barrio Vega en La Chorrera, Los salseros del Toro, también de la tierra del bollo y el chicheme y las comparsas capitalinas de Río Abajo, Pueblo Nuevo, Concepción y San Pedro, entre otras.
NO TODO FUE BAILE Y ALEGRIA
Quienes no pueden decir que bailaron y gozaron los carnavales son Isaac, Ana y Shany. El señor Isaac Manopla tiene un negocio de venta de "hot dogs" y cervezas, que le ofrecieron colocarlo afuera del "culecódromo", y le prometieron que iba a vender bastante. Pero visiblemente contó que se siente engañado, ya que le dijeron que los culecos iban a ser de 1:00 p.m. a 6:00 p.m., pero en realidad terminan a las 3:00 p.m.
Este vendedor denunció que se preparó con bastante comida y cajas de cervezas; sin embargo, en tres días no ha vendido ni la mitad de la mercancía. El señor explicó que en dos horas no puede vender bien.
Manoplas dijo que pagó B/200.00 por el alquiler del puesto y la venta no ha sido buena y confesó que de haber sabido que los culecos terminarían más temprano no hubiese rentado el sitio que ocupa.
Al lado del señor Isaac estaba la señora Ana, quien recalcó que no le ha ido bien en este Carnaval, ya que en comparación con otros años que vendía 7 bolsas de chorizo por día, este año sólo ha vendido tres por día. Ana manifestó que nada ha sido rentable, porque a la bolsa de chorizo le aumentaron 50 centésimos y para poder vender más cantidad tuvo que bajar de 60 centésimos a un peso la unidad.
En tanto, Shany, quien formaba la fila junto a sus hijas para entrar al "culecódromo", confesó estar molesta porque formó una fila desde las 10:00 a.m y eran la 1:30 p.m. y no logró entrar. "La fila es muy larga, debieron poner más entradas", agregó.
TURISTAS CONFUNDIDOS
Ralph y Bryan viajaron desde Canadá para gozar también de la mojadera y ni siquiera intentaron hacer la fila, porque era inmensa. Al igual, la señora Mirian, proveniente de Colombia, comentó que mientras ella hacía la fila, sus hijos y su esposo estaban adentro, por lo que tampoco disfrutó mucho de los culecos. Ella tuvo que salir a comprar comida, porque en el sitio de la mojadera sólo hay bebida y tuvo que volver a formar la fila, la cual no tenía fin.
NO TENIAN CARNE
Cinco manipuladores de alimentos fueron sacados de la ruta del Carnaval capitalino por no tener carné verde y blanco.
Enelka González, subdirectora de la región Metropolitana de Salud, afirmó que hay alrededor de 226 puestos que a diferencia de otros días han mejorado el aspecto de los negocios. El Ministerio de Salud facilitó "coolers" de foam y bandejas de aluminio para que los manipuladores utilicen utensilios limpios.
González agregó que de 9 carros cisterna que hay en el "culecódromo", 2 fueron sacados de circulación por ser carros que transportaban hidrocarburos.
MEJOR QUE ACA
Mientras unos se quejaban de los carnavales en la Transístmica, en San Miguelito reinó la alegría.
La señora Serafina es vendedora de chorizos y carnes en el Carnaval de San Miguelito. Ella dijo que cada año es mejor, a tal punto que confesó que logró duplicar su inversión, que fue de B/300.00.
Cerca de la vendedora estaba la señora Juana Palma con su hija de 6 meses y la otra de 9 años, quienes admitieron que los carnavales de San Miguelito han sido lo mejor, porque les queda cerca de su casa, no hay que hacer largas filas y todo comienza temprano.
SI GOZARON
Los "sanmigueliteños" no tienen queja de sus carnavales, ya que no han sido víctimas de largas filas. Mairobi 1ª, reina del carnaval Wawancó, junto a sus dos princesas Aida y Yasnara, fueron las encargadas de animar la fiesta con sus trajes y bailes.