El papa Juan Pablo II se despertó de buen humor de la anestesia general a la que fue sometido para que se le practicara una traqueotomía, según contó el vicesecretario de la jefatura de gobierno italiano, Gianni Letta.
La traqueotomía fue para facilitarle la respiración, en tanto, el Papa estaba "muy sereno y tranquilo".
Sin embargo, la cirugía de 30 minutos que se le hizo para ayudarlo a respirar indica que había una situación crítica y su avanzada edad podría complicar la recuperación, dijo Dan Brauner, un médico estadounidense especializado en enfermedades de ancianos.
La enfermedad avivó las especulaciones sobre los posibles sucesores del pontífice.
Dos cardenales latinoamericanos, el colombiano Darío Castrillón Hoyos, de 75 años, prefecto de la congregación para el clero, y el arzobispo de Tegucigalpa, el hondureño Oscar Rodríguez Madariaga, de 62, figuran entre los llamados "papables" por la prensa italiana, por su labor y carisma.
SIGUE GOBERNANDO
El retorno del Papa al hospital ha vuelto a replantear la pregunta de quién manda en la Iglesia en estos momentos especiales.
Con el Código de Derecho Canónico en la mano, Juan Pablo II sigue siendo el jefe de la Iglesia Católica, aún estando hospitalizado, ya que sus poderes no pueden ser delegados a nadie porque la suya es la potestad confiada por Dios a San Pedro.
En la Iglesia Católica no existe una "vicepresidencia" o una "suplencia" como las previstas en los ordenamientos de los Estados y, por ello, durante la estancia del Pontífice en el "Gemelli" cualquier decisión de Gobierno de la Iglesia que compete a Juan Pablo II deberá tomarla él.
El Papa no puede hablar por el momento, ya que le ha sido instalado un tubo en el orificio abierto en la garganta, lo que le permite respirar.
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