Triste destino
Su madre llora desconsolada la pérdida.

Jesús Simmons | DIAaDIA

¡Ay, Edgardito!, fue el grito desgarrador de Sara Cañate al enterarse de que el fruto de sus entrañas se había ahogado en el lago ubicado en la barriada Los Andes 2.

Según los moradores que abarrotaron el lugar de la tragedia, cuatro niños se bañaban en el lago, sin saber el peligro al que se exponían, porque las aguas son muy profundas y en el pasado han cobrado la vida de otras personas.

Los niños dispusieron marcharse a sus hogares después de haber disfrutado de un buen baño, cuando Edgardo Ávila Cañate, de 12 años, decidió darse un chapuzón más, sin saber que el destino le deparaba un triste final. Uno de sus amiguitos se tiró al agua para tratar de salvarlo, pero poco fue lo que pudo hacer para evitar la tragedia.

El cuerpo fue levantado por funcionarios de la Fiscalía ante la triste mirada de los vecinos, quienes conocieron en vida al inquieto niño que cursaba el primer año en el colegio León A. Soto.

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