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Hombres que pagan por "cariño"

Didier Hernán Gil y Jesús Simmons | DIAaDIA

Ya todos saben que el negocio existe, pero pocos conocen cuánto se puede gastar por 15 minutos de "placer" y el porqué los hombres van a estos sitios.

DIAaDIA visitó dos de estos locales y les cuenta lo que allí sucede. Eran las 10: 00 p.m. y la bienvenida para entrar a uno de estos sitios en Río Abajo fue "Hoy hay tómbola". La mayoría de los hombres que formaban la fila para comprar su boleto preguntaba cuál era el premio. La respuesta fue la siguiente: "que más pues, una chica". Ante las expresiones de alegría, el vendedor aclaró que el premio mayor sería a la 1: 00 a.m.

LAS "CALABACITAS"

Una vez se es revisado por personal de seguridad, se abre la puerta y varias chicas de naranja sonreían a nuestro paso. Aquellas féminas parecían calabacitas de Halloween, pero no del Norte, sino del vecino país, Colombia.

A esta hora había mesas llenas, especialmente en el área privilegiada, es decir, cerca de la tarima de espectáculos. Otros permanecían pegados al bar.

"ESTA CARO, PERO ME QUEDO"

Allí una pinta de cerveza nacional cuesta B/.3.50, la importada B/.4.00 y las botellas de fuerte no bajan de B/.30.00. Eso sí, las cervezas vienen acompañadas de un sobre de maní. Media hora después apareció Karen en tarima y la euforia se apoderó del lugar. Mientras aquella chica danzaba y coqueteaba con el público, se logró conversar con un caballero que es integrante de una orquesta musical de la capital, quien dijo que estaba casado, pero frecuenta estos lugares para no perder la costumbre, ya que en su juventud se divertía de esta manera.

LOS CLIENTES

"Yo vengo, pero a veces no subo. Es sólo para pasar el rato". Contrario a esta opinión, se observó que había adultos mayores, especialmente extranjeros, que después de un par de tragos convidaban a la chica de su agrado. El costo para estar con una de ellas, por ser panameño, es de B/.16.00 por 15 minutos, mientras que los extranjeros pagan B/.36.00 por 20 minutos. Esa es una norma de la casa.

En este "tour" se observó a funcionarios que, ante la presencia de la prensa, optaron por retirarse del local.

Pasaron 30 minutos y al ritmo de "trance" hizo su presentación Diana. Muchos espectadores le colocaban dólares en su reducida vestimenta. Y así más tarde se lució Estéfany. Ella, además de la música "trance", se dejó llevar por una balada y lanzó a una mesa el sostén. A medida que va pasando la noche, el espectáculo se pone al rojo vivo.

SUERTE Y ALEGRIA

Llegó la hora de la primera tómbola y las expectativas eran muchas. Entre los vecinos de las otras mesas hasta remaban los cuatro números de su boleto, como ocurre con la lotería. Entre risas y la algarabía hubo alguien que dijo: "Tengo todas mis esperanzas en este ticket". Y es que como en Panamá todo ha subido de precio, el costo para estar con las chicas también". En otro testimonio obtenido hubo el siguiente argumento: "Nosotros somos los únicos que no hacemos protestas ni cerramos calles, pues las chicas que aquí tenemos lo valen". El premio fue una botella de licor.

Aquí se interrumpió el diálogo, pues los saloneros aparecieron vestidos con sombreros colombianos y ponchos o ruanas.

También se conoció que hay quienes hacen grupos para participar en este tipo de arranques y hacen sus ahorros. Algunos lo llaman "puti-tours".

LAS PROTAGONISTAS

Algo que no se puede negar es que las chicas que atienden son amables y físicamente son como dicen sus asiduos clientes: "están como quieren". Aunque las pasaditas de peso no se dejan, pues al parecer tienen sus clientes fijos. Allí se conoció que hay quienes se enamoran de ellas.

Caía la media noche y apareció Carolina, quien en su show se deslizó sobre el tubo en que bailan cabeza hacia abajo, simplemente sostenida por un cruce de piernas. "Esa mujer es un monstruo", le gritaban.

A esta hora el local estaba lleno, pero la presencia de extranjeros predominaba. Mientras tanto, algunas chicas que ya habían prestado sus servicios, cogían su "relax" al lado de tres máquinas de juego. Se notó que el área de "reservado" cobró vida y hasta en el restaurante.

OTRA VIVENCIA

También se visitó otro local ubicado en Pueblo Nuevo. En la entrada se cobran B/.2.00. de los que se puede consumir B/.1.00. Dentro del establecimiento, en medio de la tenue luz, aparecían las siluetas de mujeres semidesnudas. En su mayoría son colombianas y dominicanas, pero también hay panameñas.

Después de dos horas de ver el movimiento, se observó que muchos hombres van en grupo y otros asisten solos. En una mesa bebían cervezas y allí las mujeres se les acercaban para acariciarlos e invitarlos a que les pagaran una cerveza, la que para su consumo tiene un valor de B/.4.00 cada una. Otras van directo al grano y sin pensarlo se acercan y dicen "papi vamos...". Así ofrecen su trabajo. No obstante, el costo para tener relaciones sexuales con ellas es de B/.12.00. por sólo 15 minutos. Se informó que ellas ganan siete dólares y cinco son para el local. Una de las chicas expresó que hay noches en que tiene hasta 15 clientes.

Luego de invitar a una chica, agarrado de la mano y camino a la habitación, por su acento deduje que era colombiana, pero ella lo confirmó y alegó que está en el negocio para mantener a su familia.

Dentro del cuarto, ella preguntó qué me gustaría hacer... Pero en busca de información, aquella mujer aclaró que "muchos de los hombres que visitan estos lugares buscan experimentar cómo se siente estar con una mujer hermosa". Otros simplemente van a tomarse unos tragos con un grupo de amigos, pasar un buen rato y ser acariciados. Dijo que muchos se vuelven adictos, mientras otros se enamoran y las invitan a verse fuera del negocio, en donde las relaciones son diferentes.

Aquí los clientes son de diferentes estratos económicos.

LO QUE DICE UN ESPECIALISTA

La psicóloga y sexóloga Geraldine Emiliani no cree que exista una enfermedad, sino que son hombres que se intimidan ante lo que conlleva una relación afectiva al pensar en un posible fracaso. Especialmente en el aspecto económico y ante tanto desempleo no se garantiza una estabilidad.

Sobre los hombres casados infieles alegó que esta es una condición permisiva y aceptada en Panamá. Dijo que también influye la falta de comunicación y, por ende, conflictos a nivel sexual en la pareja, excusas para que el infiel busque mujeres fuera del matrimonio.

¿MUJERIEGO?

La especialista agregó que otro aspecto a tomar es que en el fondo el mujeriego no está seguro de su masculinidad, pues suele buscar su satisfacción antes que todo. "Puede ser que sienta temor de ver cuestionada su masculinidad o que el terror a envejecer lo empuje a reafirmar su atractivo sexual. Y lo mejor para reafirmar la masculinidad es suponer que sí tiene muchas mujeres".

CURIOSIDADES

En Río Abajo, una de las chicas se acercó para que por favor le compraran una jarra de cerveza (B/.10.50), pero ella puso sobre el hombro nuestro un billete de 20 dólares. Explicó que a ellas no las dejan tomar si no tienen clientes. Luego pidió que disimuladamente le sirvieran, sin hielo, de la jarra, para pasar inadvertida.





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