Lo confieso: de mis preferencias musicales, la última es el reggae y lo que para mí es casi lo mismo, el reggaetón.. Sin embargo, debo quitarme el sombrero ante los talentos del patio, que muchas veces no valoramos, pero que, a la postre, son los que nos están dejando muy bien parados en el extranjero.
Estuve en Costa Rica de vacaciones con mi familia, y adivinen qué... ¡hay una emisora que todo el día transmite música de nuestros talentos y es la más escuchada por la juventud de allá!
Nigga, La Factoría, Aldo y Junior Ranks, Joe Montana, El Rookie, Comando Tiburón, Match And Daddy, Nando Boon, etc., etc. etc., suenan en Costa Rica como los más grandes exponentes de este tipo de música.
No tienen idea del orgullo que sentí, y hasta vergüenza, porque mis hijos y mi sobrina nos echaron en cara a mi esposo y a mí que no valoramos a nuestra gente, pero ellos sí porque les gustan sus canciones.
Lo mismo me pasó en República Dominicana y en Ecuador.
La verdad es que desde Rubén Blades y Rabanes, no había sentido tanta emoción al saber que el talento de los nuestros se valora tanto afuera.
Es una lástima que en estos momentos tan significativos para este género musical, haya caído fulminado por las balas el famoso "Danger Man". Él hizo lo suyo por dejar el nombre de Panamá en alto, por exaltar lo que ocurre en el gueto, por brillar, pese al ambiente en el que se vio casi forzado a descollar.
Honrar, honra, y en situaciones como ésta, no nos queda más que reflexionar sobre el apoyo que, como panameños, les brindamos a los talentos del patio. Muchas veces, en lugar de enorgullecernos, hacemos lo posible por desprestigiarlos y por menospreciar el esfuerzo que realizan para superarse.
De hecho, contrario a lo que ocurre en México, ellos tienen que salir del país a buscar apoyo, porque no lo encuentran entre sus coterráneos. Por eso, no es de extrañar que Nigga sea un ídolo en México y en Paraguay, y Joe Montana sea otro tanto en Estados Unidos.
Insisto, siento vergüenza porque no he valorado lo que tengo tan cerca. De aquí en adelante, serán para mí algo más que una nota en el periódico. Serán parte de ese corazón panameño que hasta ahora se ha negado a valorarlos como lo que son: talentos de exportación que dejan muy en alto el nombre de Panamá y de los panameños.