Se ha convertido en el testigo silencioso de los ladrones.
La calle G Santa Ana, que conduce a la Peatonal, es una pequeña e insegura avenida que utilizan los hampones para escabullirse de sus fechorías.
De acuerdo con los propietarios de comercios, allí se dan de uno a dos robos diarios, especialmente a los turistas.
Balbino Montenegro demandó vigilancia permanente, aprovechando la presencia de directivos de la Policía en el lugar, que hacían un recorrido para conocer la percepción de la comunidad.
Francisco Justiniani, director de Asuntos Comunitarios y Seguridad Ciudadana, indicó que están corroborando que la percepción de la comunidad esté acorde con las estadísticas que reflejan que los hechos delictivos han disminuido.
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