Vivieron una mala hora, de la que nunca se recuperarán. Con una aparente tranquilidad llegó Juan Villarreal Pazmiño, de 60 años, a la DIIP de Belén en Tocumen, Sector Sur, a confesar un crimen: el de su "amada" esposa.
"Buenos días señores, vengo a entregarme. Maté a mi mujer", fueron sus palabras al dirigirse a los policías, quienes, aunque no dudaron de su palabra, le preguntaron tres veces si estaba seguro de lo que decía.
Minutos después, él mismo los condujo al cuerpo sin vida de Xiomara Cristina Gutiérrez de Villarreal, de 40 años, quien yacía inerte en el cuarto de su casa en el residencial Nuevo Belén, que está a pocos metros de la DIIP.
Al parecer, los celos lo cegaron, al punto que le propinó dos puñaladas, una en la frente y otra al lado derecho del cuello con un cuchillo casero, mientras sus tres hijos de 21, 15 y 11 años dormían en los otros cuartos.
Nadie vio nada, los vecinos despertaron extrañados porque Juan, un profesor de mecánica y que en sus ratos libres manejaba su taxi, tenía una reputación envidiable.
Ayer, a tempranas horas de la mañana, el hermano mayor de Xiomara se llevó a Penonomé a los tres jovencitos, sin cruzar palabra alguna con los vecinos, hoy nadie sabe nada.
A tiros
Por otro lado, Jairo Leren Wilson, de 21 años, recibió siete impactos de bala a eso de las 3: 30 a.m. en Calle Sucia, San Miguel. Aunque fue llevado al hospital Santo Tomás, murió dos horas después. Al parecer, Jairo era miembro de la banda El Imperio de San Miguel.
BAJO CONTROL
La Policía Nacional, en un comunicado, detalló que en el operativo de Carnaval se dieron incidentes menores y que el resto se registró fuera de las áreas de las fiestas.
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