Psicología

Pasar al séptimo grado


Dimas E. Villarreal P. / Psicólogo Clínico de niños y adolescentes -

Patricia tiene 12 años, ayer entró al séptimo grado en el colegio y sus padres están emocionados. Ella está nerviosa, en su casa no se habla de otra cosa que no tenga que ver con la famosa secundaria e inmediatamente recuerda los comentarios de sus familiares: "el colegio es difícil", "los profesores son más estrictos" y sobre todo "si fracasas en una o dos tienes que hacer revalida", "si tienes cuatro fracasos repites el grado".

Pasar de primaria a secundaria es un cambio significativo para los preadolescentes al encontrase con mayor cantidad de profesores, asignaturas, responsabilidades, nuevos compañeros, además de los cambios propios de la pubertad.

Una de las principales preocupaciones de los chicos y chicas es la convivencia escolar, tener nuevos compañeros, hacer nuevos amigos y la duda de si encajarán en su grupo.

Cuando la secundaria es grande, tenga presente que sus hijos se relacionarán con estuadiantes de grados mayores y es importante que los padres les transmitan seguridad y confianza para defenderse de posibles ataques o presiones de grupo.

En esta primera semana se encontrará con la diferencia del ciclo anterior: Mayor cantidad de docentes (la mayoría de las veces uno por asignatura); aumento en la jornada escolar y asignaturas; nuevos compañeros y compañeras.

Brinde apoyo y seguridad

Lo primero es que los padres tomen las cosas con calma. La mayoría de las veces sus experiencias como estudiantes los hacen atemorizar a sus hijos con mensajes como: "cuidado con las gavillitas", "la secundaria es más difícil", "cuidado que te quedas", "recuerda que solo puedes fracasar en tres materias para rehabilitar". Mejor, escuche las propias preocupaciones de su hijo.

Participe en la vida escolar de su hijo, lo cual no es sinónimo de hacerle las actividades escolares. En todo momento exprese que usted espera lo mejor que pueda dar de sí mismo para superar el curso. También debe elogiarlo por los logros, por pequeños que sean.

Para cumplir con este nuevo reto en el cambio del currículo, los padres deben fijar horarios claros (horarios de estudio, descanso, actividades extracurriculares, entre otras); valorar la importancia de ser más organizados y responsables en las actividades escolares (tareas, trabajos individuales y grupales); reforzar los hábitos de estudio y técnicas de estudio; asistir a las reuniones, conferencias y entrega de boletines, conocer y visitar al consejero para que le informe sobre la evolución de su hijo o hija.

Estén pendientes y denle importancia y valor a los avisos y notificaciones escolares. Los padres deben mantener una comunicación efectiva con sus hijos y con los docentes.