Niños y padres no contuvieron el llanto

Su primera vez. Los padres que viven por primera vez el dejar a sus hijos en las diferentes escuelas del país sienten una nostalgia única, aunque esto sea por unas horas, y ayer no fue la excepción.

Fue notable ver a muchos con los rostros enjugados de lágrimas, quienes añoraban la partida de sus pequeñines al salón de clases; algunos se aferraban a sus progenitores tratando de que no los dejaran solos.

Uno de ellos fue el señor Ricardo Castillo, cuya hija entró al primer grado. Explicó que se levantaron a las 4:00 a.m. para llegar a tiempo a la escuelita, pero cuando la hora de la partida se acercaba, ni él ni su niña pudieron contener el llanto. “Verla llorando cuando cerraron la puerta del salón me destrozó el alma. Además de verla peinada como yo mismo la peiné”, aseveró.

Clara Clemente, directora de la escuela Octavio Méndez Pereira, adujo que se pide la cooperación de los padres que dejan a los estudiantes por primera vez en la escuela, ya que no pueden calmar a los niños. Dijo que es importante que los padres no estén dentro de los salones, porque a la larga le hacen daño a sus propios hijos.