En un día como hoy, pero en el año de 1976, un joven boxeador de tan sólo 23 años de la provincia de Darién, se encontraba al otro lado del mundo, en Manila, Filipinas, en busca de una corona mundial para su querido Panamá.

Las esperanzas eran grandes, porque aquel diminuto gladiador estaba en una racha demoledora de 22 victorias de forma consecutiva en igual número de salidas, de las cuales 14 habían sido por la ruta del cloroformo.

Hablamos de Alfonso López, el popular "Piedrita".

López, a pesar de ese récord inmaculado, tenía un "handicap" en contra: que pelearía con el hombre de casa, el filipino de 30 años Erbito Salavarría, campeón mundial de la división mosca de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).

CONFIANZA

Sin lugar a dudas, López tenía los ánimos por las nubes y con el punto a su favor de que ya le había ganado en una ocasión a Salavarría, de seguro que podía repetirle la dosis.

"Piedrita" había superado a su rival de turno por decisión en diez vueltas en Panamá, el 29 de junio de 1974.

En esa oportunidad, no estuvo en juego la diadema mundial.

DOMINIO TOTAL

Un cable de la agencia UPI, escrito por Vicente Maliwanag desde Manila y que publica el diario Crítica, cuenta que ante una multitud de 25 mil personas que abarrotaron el coliseo "Araneta", vio cómo el púgil local era sacudido una y otra vez por el veloz panameño.

El desenlace final se produjo en el asalto número quince, cuando López mandó a la lona a Salavarría y éste no pudo continuar.