Expresa su arte en los cuerpos de sus clientes. Oscar Carrasco, de 20 años, empezó la aventura de hacer tatuajes temporales y permanentes, colocar piercings y grabar vasos y llaveros hace unos tres mes, un oficio que lo apasiona.

Aunque se le ve en diversas ferias del país ofreciendo los tatuajes temporales que duran 15 días, trabaja el resto del año en una tienda especializada en tatuajes.

Empezó con su amigo Rafael, quien le enseñó. Al principio hacían los dibujos y los pintaban con plumas, pero luego perfeccionaron su técnica y ahora son todos unos maestros.

Según él, una época propicia para destacarse son los carnavales, donde la gente quiere lucir diferente y se pinta, por lo que no considera que usarlos denigra o marca a nadie.

De hecho, él tiene tatuado su cuerpo como una muestra de cómo quedan. Sabe que la gente prefiere los temporales, porque no necesitan agujas, sentir dolor ni pensar que nunca podrán quitárselos.

Ha dibujado tatuajes hasta en los lugares más íntimos de una persona, por lo que su profesionalismo no le permite cohibir a su cliente.

Sus manos teñidas de negro, son un símbolo de lo que hace con mucho orgullo.

¿DONDE?

Desde hoy, estarán en el área de los culecos de Penonomé; el resto del año en La Central.