Por sus ganas de aprender, recibió muchos regaños, pero Nilsa Araúz lo logró y está viendo los frutos.
Desde pequeña, Nilsa se interesó por la modistería y, aunque su madre le tenía prohibido tocar su máquina de coser, ella la usaba a escondidas cuando nadie la veía; sin embargo, su madre siempre se daba cuenta, porque encontraba las agujas rotas; "aunque me llevara una rejera, volvía y la agarraba porque me gustaba mucho", dijo Nilsa.
Ahora, esta emprendedora joven se dedica a coser, en especial, todo lo que tenga que ver con bebés. Hermosas pañaleras, sabanillas, toallas, camisitas y zapatos, son pedidos especiales que le hacen a Nilsa, por su creatividad y buen trabajo.
Nilsa contó, que desde que llegó a vivir a Veracruz, su sueño era comprarse una máquina. Un año después, la suerte llegó a su vida con un billetito de lotería y compró lo que tanto quería. Con su nueva máquina, Nilsa se dedicó a coser su propia ropa, pero a la llegada de su primer hijo le hizo toda su ropita y artículos de bebé.
Con lo que gana, Nilsa apoya a su esposo en los gastos del hogar y hasta le ha alcanzado para empezar a instalar un pequeño taller, donde ya tiene cuatro máquinas. Además de lo que ella cose, Nilsa también hace encargos a una familia de Kuna Yala que la ayuda a bordar diseños de molas en las ropas y sabanillas de bebé, que son muy gustados.
Nilsa asegura que para todos hay algo que hacer; "sí hay trabajo, lo que hay es que ver de qué forma uno puede ingeniárselas para trabajar por lo menos desde la casa".
INSPIRACION
"Los niños me emocionan e inspiran mucho", asegura Nilsa. Tiene tres hijos y ha logrado sacarlos adelante.
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