La fetidez que salía de un cuarto de la casa 8128, en la Calle 8 y 9 Amador Guerrero, en Colón alertó a los vecinos, que llamaron a la Policía Nacional para que investigara.
Los vecinos tenían varios días de no ver a Pablo Romero, de 39 años, y por el olor nauseabundo pensaron que algo le había ocurrido.
Esto fue confirmado por los familiares, que entraron y descubrieron que él estaba muerto.
Romero, quien laboraba en el Grupo de Vigilancia Especial, vivía solo.
Se investiga la muerte, porque en el cuarto de abajo corría sangre.