Sabrosos pescados

Pescado al sol. En un pueblo situado en la soledad del abandono, pero en donde nunca muere la esperanza, está Rosa Edith Olivardía. Ella, a sus 55 años de edad, residente en Isla Esmeralda en el Archipiélago de las Perlas, es una señora que su diario vivir lo utiliza poniendo los pescados que su esposo pesca de una forma diferente para su negocio.

Hace ya más de cuatro años que las personas del pueblo y visitantes llegan para comprarle los pescados que pone al sol.

Para ella, este proceso es supersencillo, ya que cuando el esposo regresa a las 8:00 a.m. después de horas de pesca, ella inicia el proceso de filetear el pescado quitándole las espinas para después sazonarlo con ajo, limón y salsa china, dejarlo en tiras y después ponerlo al sol.

Según la señora Rosa, el tiempo que el pescado tiene que quedar puesto en el sol es de dos a tres días.

Los tipos de peces que más son buscados por sus clientes son el oji gordo, caballito y el urel, este último porque tiene un peculiar sabor a la hora de llevarlo a la sartén.

Ella no solo los vende crudos, sino que los viernes, también los cocina para venderlos a las personas que buscan su sazón y sus baratos precios. Un plato de pescado con patacones o yuca vale $3.00; en su puesto además, tiene un área para que las personas puedan socializar entre ellos.