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El portugués Cristiano Ronaldo marcó dos de los tres goles del Real Madrid ayer y el equipo blanco arrolló de visitante al Barcelona por 3-1 para clasificar por segunda vez en tres años a la final de la Copa del Rey.
Partidazo para CR-7 en el Camp Nou, en una noche en la que el mejor jugador del mundo, el argentino Lionel Messi, casi ni se le vio.