Cuando hablamos de buenos modales, sobre todo a la hora de la comida, no sólo incluye enseñarle a los niños la forma adecuada de comer, utilizar los cubiertos o saber cómo comportarse; también se debe hacer hincapié en la actitud correcta hacia el resto de las personas sentadas a la mesa, porque los modales son el parámetro más importante de valoración social.
Amigo lector, integrar a los niños a la comida familiar es toda una experiencia. A partir de los tres años, ya se puede ir enseñando a un niño a comportarse en la mesa; a los 12 años debe saber hacerlo correctamente y llevarlo a cabo.
Si desde el principio sentamos a los niños en su silla de comer a nuestro lado, será infinitamente más fácil que incorporen estos conocimientos por imitación, ya que una de las formas más fáciles de enseñar a nuestros hijos es mediante la imitación y el ejemplo.
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