Se ve de todo, pero cada corregiduría capitalina tiene casos especiales.
En Alcalde Díaz el recinto de espera estaba copado, el martes. Muchos residentes, con boletas en mano, llegaban desesperados para su audiencia, pero las secretarias tenían que mandarlos a sentar, pues cada boleta tenía la hora de citación. Una de las secretarias pidió ayuda al policía que se encontraba en la puerta para mantener el orden.
Algunos, casi resignados a esperar, se entretenían viendo la telenovela "Mari Mar". Allí, los funcionarios con el apoyo de una máquina de escribir y una computadora, trataban de agilizar el trabajo. Entre los casos que más se ventilan están los de desalojo, lanzamientos y hasta llegó una mujer con hielo en una toallita cubriéndose el ojo izquierdo, pues su pareja la golpeó.
En estas oficinas no había aire acondicionado y una silla sostenía la puerta principal para que entrara la brisa. Irónicamente, a un costado de la entrada, dos enormes aires acondicionados reposaban en el piso.
"MALA PAGA"
Aunque a veces hay días de poco movimiento, en la corregiduría de El Chorrillo, los casos que más se atienden son de pensiones alimenticias, violencia doméstica y riñas callejeras o entre vecinos. De acuerdo con el corregidor Reynaldo Silva, éste último caso se da con mayor incidencia los fines de semana y apuntó que tal vez esto obedece a la idiosincrasia del "chorrillero". Puso de ejemplo, que es curioso que son pocas las denuncias de vecinos por el alto volumen en los equipos de sonido. Relató que lo más peligroso que ha ocurrido en su despacho es que una vez había un pandillero detenido y sus rivales entraron y le dispararon en la celda, pero lograron tomar control de la situación.
Precisó que de 300 casos de pensiones alimenticias, el 60% no cumple.
MUCHOS GOLPES, MAS CICATRICES
Mientras que en Santa Ana son los casos de violencia doméstica los que más reposan en los archivos de la corregiduría.
Allí la autoridad es José López y contó que hay semanas en que llegan hasta cuatro de este tipo. Afirmó que no ha tenido casos en que su vida corra riesgo, sin embargo, relató que se ha encontrado con personas que lo han ofendido, por lo que ordena su retención en la celda por un par de horas, para así lograr que se calme.
Otra anécdota que narró fue el de una mujer que llegó llorando pidiendo una pensión alimenticia urgente, pero al final de la investigación, admitió que su acción obedeció a que su ex pareja la había dejado por otra mujer.
PELIGROSO
En Curundú la situación es más seria, pues según la corregidora Maritza de Reyes, los casos principales son amenazas con armas de fuego.
"Tengo que darle gracias a Dios de que nunca he sido objeto de amenazas". Adujo que eso se debe a que interactúa mucho con la comunidad.
Durante la visita de DIAaDIA se presenció que había una pareja indígena que acusaba a un individuo de robo en su residencia, pero las investigaciones dictaminaron que era un menor, aunque su apariencia indicaba que tenía cédula. Eso frustró el trabajo judicial que se iniciaba y las funcionarias expresaron: "Eso es lo que pasa tristemente. Ellos tienen licencia para matar y nadie le puede hacer nada, porque salen los Derechos Humanos. ¿Y quién responde por lo que hacen"?