"Hay muchos jóvenes que andan por ahí en la delincuencia, pero este es un ejemplo de ganarse la vida honradamente", afirma el señor Jorge Eliécer Galvis, quien hace dos años inició su venta de comidas.

El sector de La Cueva en Chilibre se convirtió en el lugar estratégico donde Galvis vio que podía poner un negocio que le diera lo suficiente para mantener a sus dos hijos. Así fue como convirtió un sitio casi abandonado en una pequeña parrillada, que lleva por nombre Puerto Chiriquí.

Aunque al principio empezó con las frutas y verduras, contó que fueron sus propios clientes los que lo instaron a vender comida colombiana, de donde es originario.

"Esta vía es una arteria principal del país, porque comunica a Panamá con Colón y debido a la afluencia de autos que había y de la cantidad de turistas que pasan por aquí, me vi en la obligación de cambiar la venta de frutas por comida", relató satisfecho.

Es así como junto a sus dos trabajadoras, ambas panameñas, diariamente asa tortillas de maíz, pollo, chorizo y puerco para el deleite de las personas. Pero afirma que con la ayuda de Dios pronto podrán ofrecer otros platos como sopas, sancocho de gallina, lechona rellena con arroz frito y hasta venta de batidos naturales.

Y es que Galvis, quien llegó a Panamá hace 10 años, comentó que "Dios siempre es grande y que siempre vende sus productos" y es por eso que le ha ido bien.

CLIENTES

La mayoría son panameños, peruanos, venezolanos y colombianos.