Si la gente de la radio recibiera todo el 'feedback' que he recibo por la columna del pasado viernes donde opiné -una vez más- sobre la tortura que es escuchar ciertas emisoras, más de una y uno de los seudofamosos de la radio deberían estar formando filas para lanzarse del Puente Centenario e inaugurarlo en estos menesteres o, como mínimo, ir sacando cita con su psicoanalista porque, según mis lectores, varios tienen de profesionales y buenos en lo que hacen, lo que yo tengo de monje tibetano: ¡nada!
Estoy realmente asombrado por la reacción de apoyo de los lectores porque queda demostrado con ello que la gente que está haciendo radio está subestimando a sus audiencias. Sí, alguien equivocadamente los engañó y les dijo que lo que la gente quiere es escuchar las atorrancias del programa mañanero de la Wao, el mal gusto disfrazado de humor del de Caliente, las voces espantosas y sin dicción de casi todos los del grupo Mix, los comentarios con doble sentido de los de Tropi Q o los insultos disfrazados de noticias y opinión de ese programucho de KW Continente, por mencionar algunos.
Todas las radios dicen ser las número uno y todos los Dj's se creen ser los más escuchados. Aquí algunas creen que por decir payasadas por micrófono o ser una falsa experta en temas del amor o de parejas, está haciendo buena radio cuando lo correcto sería contar con una experta en el tema y hacer una entrevista divertida. Pero no, ella es la versión mala, en radio, de Alexandra la Sexóloga. En nuestra radio todo el mundo es experto en todo. En deportes, por ejemplo, hay dj's que de programar mala música pasan a creer saber más de fútbol que Edmundo Vargas, se creen mejores jugadores que Pelé, más beisbolistas que Mariano Rivera y más atletas que Irving Saladito, cuando con lo que dicen demuestran que ni jax han jugado.
Sí, intente usted escuchar un programa deportivo y verá que en la mayoría hay ausencia de análisis y exceso comentarios huecos. Son muy pocos los programas de radio donde uno pueda escuchar una buena opinión sobre deportes o sobre el acontecer nacional.
La gente sabe lo que quiere y no es tonta. Recibí correos de profesionales de la industria publicitaria que me pedían que no los soltara y los siguiera, según ellos, "cuereando" porque quiere que sus marcas vayan con productos de calidad (pero siguen pautándoles, cosa que no entendí). Recibí correos de anunciantes donde no solo estaban de acuerdo con lo que escribí sino que me escribían estar dispuestos a retirar sus anuncios de los programas con alto contenido vulgar y chabacano, que les diera mis "non gratos". Recibí correos de gente como usted y como yo que simplemente queremos que nos dejen escuchar las canciones que prometen presentarnos y se callen la boca. Así de sencillo y descomplicado. ¡Recibí correos de gente que me pedía que hiciera los Titín Awards a lo mejor y lo peor de la radio! La gente que me escribió quiere buena radio.
A la radio se le está haciendo mucho daño. Sus más importantes prime time (de 6 a 9 de la mañana) están repletos de espacios de mal gusto, de vulgaridad o de gente que no piensa lo que dice y ni decirles de los horrores ortográficos "al hablar" porque ahí sí el que se va tener que tirar del puente por la angustia soy yo. Suerte que al igual que con la televisión, yo resuelvo la tortura con el control remoto o a la distancia de un 'clic'. ¡La audiencia reaccionó!
