Entre las cosas más difíciles de la vida, está la decisión de un cambio. El darienita Luis Carlos Guzmán, de 31 años, quien se dedicaba a la venta de pescado, de un momento a otro llegó a vivir a la ciudad de Panamá para dedicarse a una actividad totalmente diferente a lo que conocía.
Luis Carlos, mejor conocido como "Edwin", hizo de tripas corazones para poder dejar atrás su querida Yaviza. Su madre vivía sola en Panamá y decidió mudarse con ella en Curundú.
Su primer trabajo fue en una lavandería, donde duró cerca de un año. Luego de cierto tiempo, le pareció tedioso y prefirió buscar un negocio propio. Al ver que en el área donde vivía todo lo que se pusiera a la vista se vendía, pensó que sería bueno vender pollos asados, y tuvo razón. Desde las 4: 00 p.m., uno puede encontrar a Edwin preparando sus pollos, en un fogón que ubica en una esquina cercana a la Junta Comunal de ese sector. Su buena sazón es parte del secreto de su éxito, "le pongo un poquito de ajo, culantro y otro secretito más", contó Edwin.
Todas las mañanas sale a comprar el pollo, para asegurarse de que se trata de un producto fresco. "Después de que sea bueno, la gente siempre compra lo que uno sale a vender, es por eso que uno debe ingeniársela. Inventando cualquier cosa sale, la clave es trabajar por ello", acotó.
GRANDECITAS
Además del buen sazón de su pollo, la gente compra porque las presas son de gran tamaño.
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