El parto en la adolescencia se caracteriza por traer consecuencias peligrosas para la vida de la menor como: la preeclampsia, parto prematuro, ruptura prematura de membranas, falta de control prenatal y mayor riesgo de muerte materna y perinatal.
También son mayores las posibilidades de que el niño al nacer pueda sufrir problemas neurológicos, epilepsia, parálisis cerebral, sordera y ceguera.