Cayó a la letrina y murió

Eran las 10:00 a.m. cuando los gritos desesperados de Karen Reyes alertaron a las vecinas de que algo ocurría. Al llegar a la casa, escucharon que el pequeño Joshua Bonilla estaba desaparecido. “Buscamos por todos los rincones y nada, hasta que nos dio por ir a la letrina”, dijo una de ellas.

Enseguida, llamaron a una ambulancia y a los bomberos. Estos últimos llegaron y comprobaron que Joshua estaba allí, pero se les hizo difícil bajar a la casa debido a la estrecha calle y para colmo los carros estacionados a lo largo de la vereda impedían el paso.

Los bomberos destruyeron la loza y sacaron al infante, mientras que los paramédicos le dieron los primeros auxilios, pero ya era muy tarde.

Al lugar, con el corazón deshecho, llegó el padre del niño quien lloraba desgarradoramente la pérdida de su hijo. “Por qué tenía que morir mi hijo”, era el lamento del padre.

Pidiendo un milagro, el hombre bañó a Joshua, lo vistió y lo colocó en la cama en la habitación de la pareja. Luego salió de la casa y amargamente lloró y trató de controlarse, esperando a que llegara la fiscalía e hiciera el levantamiento del cadáver.