Lunes 24 de febrero de 2003. Llegué a la capital de Panamá procedente de la "altiva" provincia de Chiriquí y me presenté a las instalaciones de EPASA para atender el llamado que vía telefónica me había hecho el director Eduardo Soto. No tenía la mínima idea de qué se trataba, pues sólo me había hablado de un proyecto y nada más.
Recuerdo bien que me enviaron con un grupo de jóvenes que a la postre cubrirían la sección de Impacto, a reunirnos con la editora Elizabeth Muñoz, pero en medio del diálogo llegó el director y me sacó del salón. Me llevó a otro donde se encontraban otros dos colegas y me dijo que estaría en la sección de Deportes.
Acepté el reto con tranquilidad, pero siempre con el ánimo de aprender y tratar de hacer las cosas bien. Para mí era una experiencia diferente, porque otrora me había desempeñado como corresponsal de noticias generales en Chiriquí.
A partir de allí comenzó mi bregar por el fascinante mundo del deporte. Como en todo inicio, no fue fácil, pero tampoco difícil, pues simplemente era cuestión de adaptación.
Gracias a Dios puedo decir que desde el inicio fui bien aceptada en el grupo, como sabrán, conformado por hombres.
Los colegas me integraron, algunos se acercaron y se presentaron, y a otros poco a poco los fui conociendo. Hoy día me complace saber que soy "la reina" del grupo, y más aún, la consentida, pues incluso así lo ha llegado a expresar el presidente de la Federación Panameña de Fútbol, Ariel Alvarado.
"Vielka es mi consentida", le ha dicho a los colegas, pues ha visto que ellos siempre me defienden y protegen durante las coberturas.
El periodismo deportivo me ha dado la oportunidad de conocer a grandes figuras como el "Príncipe" Enzo Francescolli, los astros de la NBA, Baron Davis y Kenyon Martin, los panameños, Rolando Blackman, Jorge y Julio Dely, entre otros.
Pero eso no es todo, pues también he tenido que aguantar desde jugadores impertinentes que se desnudan sin importar que esté allí, hasta cuestionamientos de mujeres celosas que preguntan "por qué llama a mi esposo", e incluso invitaciones de ciertos técnicos a almorzar.
Muchas han sido las vivencias en estos dos años de ardua labor, alegrías y sinsabores, como en todo, pero lo más importante es la satisfacción de saber que en DIAaDIA le hemos llevado a ustedes, amigos lectores, la información que necesitan.
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