Lo que al principio pudo confundirse con un suicidio, se convirtió en otra víctima por atropello. Vanessa Márquez, de 19 años, yacía sin identificación en un terreno baldío en la parte trasera del hotel Plaza Paitilla Inn, cuando una huésped que se asomó por la ventana, a las 7:30 de la mañana, vio el cuerpo y alertó a la Policía Nacional. La joven presentaba varios golpes en la espalda, el glúteo izquierdo y en el tórax, por lo que el médico forense, Luis Alcides Benítez, indicó que las lesiones que presentaba la occisa eran compatibles con las de un accidente de tránsito.
Todo indica que ella fue arrollada en otro sitio y tirada en el lugar antes mencionado, para no levantar sospechas.
No se encontró rastros de sangre. La mujer mestiza, de 1.65 metros de altura, de cabello negro, vestía una minifalda color crema con una blusa amarilla, estaba tirada boca abajo y sin zapatos, tenía dos piercing, uno en el ombligo y otro en el labio inferior, además de un tatuaje en la espalda y lentes de contacto, su cara estaba manchada de sangre y la pintura de maquillaje corrida.
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