El árbol de las leyes ha de podarse continuamente, dijo un día Jacques France. Tal parece que ante lo que estamos viviendo en Panamá con el bochornoso espectáculo que está dando la Corte Suprema de Justicia, lo que hay que podar es la cúpula de esa entidad, porque la majestad de la que estaba revestida, hace tiempo se diluyó en la nada, y las leyes no sirven más que para castigar al que menos tiene, y beneficiar con dinero, aunque sea mal habido, y poder a los que están allá arriba, mirando al pueblo hacia abajo, sin pensar en él, precisamente su razón de ser.
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