Quién podría creer que una persona en Panamá, pudiera mantenerse haciendo arte. Pues, Cesáreo Young lo hace.
Durante el V Festival de Diablos y Congos, tuvimos la oportunidad de conocer a un artista que encontró la inspiración en los diablos de Colón para presentar su más reciente muestra pictórica: "Rastro de Diablo y Congo".
El Centro de Facilidades Turísticas del IPAT, en Portobelo, se convertirá durante un mes en protector de las ocho telas que hasta el momento conforman esta exposición.
NO ERA PARA EL FESTIVAL
Al ver los acrílicos, cualquiera pensaría que Cesáreo tenía esta exposición planeada, pero la realidad es otra. Nos cuenta este joven pintor, que éste era un proyecto que tenía "incubando"; ya tenía algunos bocetos, pero nada más.
Hace dos meses se le acercó Sandra Eleta para ver qué le parecía la idea de formar parte del festival, y él aceptó.
Comenta Young que, originalmente, eran 10 telas, pero sólo logró terminar ocho. Aún tenía la intranquilidad, pero a dos días de que abriera la exposición, descubrió que los ocho cuadros pintados eran justo lo que necesitaba para el montaje.
Las dos obras, todavía no terminadas y contempladas dentro de esta colección, son el "Bautizo del diablo" y la "Princesa conga".
SERAN MáS DE DIEZ
Sí, en un principio eran 10, pero "Rastro de Diablo y Congo" crecerá. Entre los planes de Cesáreo está concluir los dos cuadros faltantes y anexar más. El único detalle es que las demás pinturas no serán sobre diablos de Colón, sino los diablos de las otras regiones del país, entre ellos los diablicos sucios de la región de Azuero y los resbalosos de la capital.
¿POR QUE ESCOGER LOS DIABLOS?
Young, de 35 años, recuerda en su juventud que los diablos eran una cosa importante; no sólo para aquél que creciera en los carnavales de La Central, sino también en los demás.
Para él, pensar en diablo no es lo que se vende en todos lados. Para Cesáreo, diablo es el que se pone la máscara, baila y juega.
SUS INICIOS, SU OBRA
El arte de Cesáreo se puede decir que es innato. Para muchos empieza como un simple pasatiempo, pero para él no. Recuerda, claramente, cuando a los 17 años se convirtió en estudiante del maestro Carlos Arboleda y Olga Sánchez. Así empezó su formación.
En el 2002, realizó su primera exposición individual y, de allí, no ha parado. Incluso, vive del arte, pues además de ser pintor, es maestro de pintura.
Este amante de los colores y los pinceles, afirma que tener una obra comercial es difícil, pues muchas veces se debe pintar sólo lo que le gusta a la gente. Sin embargo, en sus pinturas él refleja lo que siente y cómo se siente en un momento determinado; de allí que catalogue que su arte es serio y, sobre todo, coherente.
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