Cientos de panameños degustan a diario de una chicha de frutas naturales o artificial para apaciguar la sed; sin embargo, hay otros que se abstienen para evitar algunos percances.

Deisy Román: "No las compro y si lo hiciera me fijaría en el aspecto del vendedor".

Ilka Caballero: "No me gusta comprar chichas en la calle, pero si acudiera a sus puestos, me fijaría en la buena presencia".

Adolfo Salazar: "Hay que ver que tengan carné de salud. Esporádicamente compro chichas en la calle. La presentación es lo que vale".

Javier Alzamora: "No tomo chicha en las calles, pues uno ve que los tanques están abiertos o los vendedores están sudando, pero no las compro".

Rosa de León: "He optado por no comprar chicha en la calle, y los que lo hacen se deben preocupar en ser higiénicos y hasta taparse la boca".

Carlos Beckles: "No frecuento los puestos de los chicheros, porque no sé como ellos las preparan, y ni me lo quiero imaginar".

Elis Jiménez: "Me fijo en la presencia de la persona, y cuando compro estoy pendiente del sabor, pues así no vuelvo a comprar más en ese lugar".

José Camargo: "Hay que fijarse en el envase en que venden las chichas. Muy pocas veces compro chicha en las calles. Deben tener carné de salud".