Para los que pensaban que Ferrari y Schumacher eran invensibles, pues señores, en Melbourne se demostró lo contario.
Cuando Giancarlo Fisichella ganó su primera carrera en la Fórmula Uno, tuvo que esperar varios días para recibir la confirmación de su victoria.
No por nada su exuberante festejo al alzarse ayer con el Gran Premio de Australia estuvo más que justificado.
El italiano Fisichella sumó apenas su segunda victoria dentro de una trayectoria de 142 carreras, y de paso acabó con la supremacía de Michael Schumacher en el circuito de Albert Park en Melbourne.
Para el alemán, siete veces campeón de F1, el inicio del mundial del 2005 le deparó un sabor amargo: su Ferrari no pudo llegar a la meta.
Al brasileño Rubens Barrichello le tocó sacar la cara por Ferrari, al quedar como el escolta del Renault de Fisichella. Tercero quedó el español Fernando Alonso con el otro Renault.
La primera carrera del año estuvo marcada por los cambios de reglas y por una lluvia repentina en las sesiones de clasificación, que complicó a Schumacher.
Schumacher, el ganador del 2004 en Melbourne, se estrelló con el Williams de su compatriota Nick Heidfeld cuando restaban 15 vueltas, tras arrancar en la parte posterior de la parrilla de largada. La verdad es que "Schumi" nunca tuvo la oportunidad de pelear en la carrera, ya que había tenido una pésima ronda de clasificación.
|