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Campamento de felicidad
Los niños juegan hasta más no poder cuando llegan a las Colonias Infantiles del Club de Leones de Panamá. (Foto: Gonzalo Bocanegra / EPASA)

Elisinio González G. | DIAaDIA

Las carcajadas de felicidad se escuchaban a lo lejos.

A simple vista se podía percibir que aquella era una felicidad especial... contagiosa..., que provenía del corazón.

Era una felicidad que sólo pueden producir los niños cuando hacen lo que más les gusta: jugar.

Es esta llama de alegría que ha mantenido iluminada las Colonias Infantiles del Club de Leones de Panamá en estos días, donde están hospedados gran cantidad de niños que participan en el Campeonato Nacional de Béisbol Infantil de Pequeñas Ligas.

En una visita sorpresa, DIAaDIA dejó el terreno de juego y se trasladó hasta las Colonias Infantiles ubicadas en Villa Zaíta, para conocer el otro lado de la moneda de este campeonato, que reúne a 12 delegaciones deportivas de todo el país.

¡A JUGAR!

Otra jornada del campeonato infantil había terminado. El reloj marcaba las 3:45 p.m. En las Colonias Infantiles, gran cantidad de niños corrían y saltaban iluminados de felicidad, mientras jugaban el deporte que aman con el corazón.

En ese inmenso campo de los sueños, todos jugaban unidos por el amor que sienten por el béisbol.

"Apenas llegamos al campamento, luego de participar en el campeonato, lo primero que hacemos es almorzar. Luego tomamos las manillas, una bola y un bate, y seguimos jugando más béisbol", dijo Meldring Marín, del equipo de Darién.

"Yo algún día seré como Alex Rodríguez, quien juega en los Yanquis de Nueva York", interrumpió Jaif Alveo.

"Algún día jugaré en las Grandes Ligas", agregó el "peloterito" colonense.

¡BIENVENIDOS!

La acción del béisbol era contagiosa en aquel campo de los sueños.

Sin embargo, había que continuar con el recorrido por las instalaciones.

Una que otra pregunta alumbraron el camino que llevó a DIAaDIA hasta el director de las Colonias Infantiles del Club de Leones de Panamá, José Morán.

Gentilmente, Morán nos dio la bienvenida, para luego hablar sobre la rutina diaria de los "peloteritos".

"Las 12 delegaciones las tenemos divididas en seis secciones. Aquí los niños se levantan a las 6:00 a.m. Exactamente, a las 7:00 a.m. se sirve el desayuno. Luego de eso, los equipos se preparan para ir viajando a los diferentes campos de juego", comentó.

"A medida que van regresando, se va sirviendo el almuerzo, que está programado para las 12:00 mediodía. Luego a las 5:00 de la tarde servimos la cena", agregó.

MAS DIVERSION

El recorrido por las instalaciones continuó. Muy cerca de la oficina principal, algunos niños se divertían jugando "realito".

Aquel juego consistía en tirar una moneda de cinco centésimos a la pared. El ganador sería aquel que lograra tirar la moneda más cerca del objetivo.

"Aparte del béisbol, este es mi juego favorito aquí en el campamento", precisó José Pineda, del equipo de Bocas del Toro.

Pero ésta no fue la única diversión que se pudo observar en el campamento.

En una pendiente, que muchos la bautizaron como la "montaña rusa", algunos niños se deslizaban con cartones a una gran velocidad.

"Esto sí es diversión. Esta es una montaña rusa, pero mucho mejor", dijo con tono de felicidad el bocatoreño Abel Cerda.

COMIDA PARA CAMPEONES

La felicidad que irradiaban los "pequeñines" era increíble. Era evidente que tenían muchas energías.

Sin lugar a dudas, parte de esa energía se debía a los diferentes menú que servía Tilsa Gladys González, la jefa de la cocina en las Colonias Infantiles.

"Aquí preparamos la comida con mucho amor. Por eso es que estos niños no dejan de jugar todo el día", comentó doña Gladys.

Mientras picaba con gran agilidad un repollo, doña Gladys habló sobre parte del menú que presentan durante la semana.

"Aquí hacemos hojaldres, huevos revueltos, tortillas, cremas, pollo guisado, lentejas y toda clase de comida nutritiva. Lo más importante de mi cocina es que los alimentos que preparamos lo hacemos con el corazón", enfatizó.

Así terminó el recorrido por el campamento, mientras que en el ambiente se respiraba ese olor agradable de gallina guisada, que se mezclaba al final con los gritos de felicidad de los niños.

RESPALDO

Las Colonias Infantiles del Club de Leones de Panamá tienen 20 años de apoyar a las Pequeñas Ligas.





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