Solo pretendía transportarse y salió golpeada. Itzel Rodríguez, de 25 años, se encontraba en los predios de la Policlínica de Betania el sábado 1 de marzo, en compañía de una amiga y el sobrino de ésta, un bebé de un año.

Ella relató que abordó el taxi Mitsubishi Lancer negro, con matrícula 8T- 8345, y minutos después, el conductor dijo que no haría la carrera. "Yo le pregunté por qué y él me dijo que ese era su carro y que tenía que bajarme, pues él hacía la carrera a quien quería".

La joven le dijo al conductor que le llamaría a la Policía, y según su versión, la respuesta del taxista fue que si se quería quedar en el taxi, que lo hiciera y arrancó el vehículo. Más adelante se detuvo y la bajó a la fuerza impidiéndole recuperar sus pertenencias, (celulares, carteras de ambas y bolsa del bebé). "Sinceramente yo rebotaba por todo el asiento de atrás", narró.

Rodríguez puso esa noche la denuncia en la DIJ y afirmó que mientras estaba en el lugar, el conductor se presentó junto a dos personas a los que señaló como sus abogados, con actitud intimidante y luego se marchó. Éste aún no ha sido ubicado.

"No creo que esté bien la manera como actuó. Él puso en riesgo la vida de tres personas, pues fue muy agresivo. No sé qué problemas tenía, pero no debió actuar así", concluyó.

DIAaDIA pudo conocer que el vehículo está registrado a nombre de Antonio Romero Jenkins, pero se desconoce si éste conducía el día del incidente.

Rafael Reyes, secretario general del Sindicato Nacional de Conductores de Taxis, dijo que investigarían el caso, pero aclaró que este gremio no es el encargado de sancionar, sino las autoridades.

¿Y LA POLICIA?

Itzel denunció que aunque se llamó a la policía varias veces, las unidades nunca llegaron al lugar.