Robertina, su hija y sus nietos esperan ansiosos la llegada del nuevo bebé. (Foto: : VIOLA GUEVARA GALLIMORE / EPASA)
Viola Guevara Gallimore
| DIAaDIA
Robertina Morris llegó de San Blas hace 10 años para buscar una mejor calidad de vida. No asistió a la escuela porque sus padres no tenían dinero, por lo que sólo sabía cocinar, barrer y trapear. Viéndose en esta situación trató de buscar trabajo en casa de familia, pero no era aceptada por su vestimenta indígena.
"Cuando aplicaba para el trabajo, las dueñas de las casas me decían que sí podía trabajar, pero que no podía ir vestida de indígena", relató la señora, quien dijo que no aceptaba las ofertas porque iba a dejar atrás sus tradiciones. A ella no le pareció justo que le mandaran a quitar sus chaquiras y faldas, pues "es mi cultura y me la rechazan".
Esta señora vive en el sector sur de Tocumen con su hija de 13 años, cuatro nietos, una hija de 28 años, que tiene 7 meses de embarazo de su quinto hijo; y su yerno, que es el único sustento de la casa, pero no es estable porque trabaja "camaroneando".
Ella estaba sentada junto a 800 familias más que esperaban ansiosos recibir el subsidio de la Red de Oportunidades del Ministerio de Desarrollo Social (MIDES), la que fue entregada en el sector de la 24 de diciembre.
Robertina recibirá B/100.00 cada dos meses, lo que será de gran ayuda. Expresó muy conmovida que no quiere recordar cuando sus dos nietos más grandes estuvieron a punto de morir por no tener qué comer durante cuatro días, solo agua.
Robertina planea cómo administrará el dinero para comprar los útiles escolares, porque no quiere que sus nietos se queden sin educación como ella. Y también pagar el cuarto donde viven y hasta comprar la comida.
Una lectora más.
Más atrás de las familias que recibieron el aporte económico estaban 320 personas que aprendieron a leer y escribir en el programa de alfabetización, también del MIDES. Dentro de este grupo estaba Omaira González, quien esperaba que la llamaran por su nombre para recibir su diploma. Ella nos contó que nunca pudo ir a la escuela, porque sufría de ataques de epilepsia y sus padres decidieron no inscribirla, razón por la cual pasó 53 años sin saber leer ni escribir. Hoy día será una lectora más de DIAaDIA, porque anunció que compraría el periódico para leer lo que escribiríamos sobre ella. Durante esta entrevista, Omaira leía todo lo que veía a su alrededor. González dijo que fueron muchos años de desprecio y que ahora sí podrá poner su negocio de costura, ya que destacó que es lo único que sabe hacer y desea independizarse.
Con esto serán unas 75 mil familias incorporadas a la Red de Oportunidades y unas 10 mil personas que saben leer y escribir gracias al programa de Alfabetización del MIDES.
MAS FAMILIAS
La próxima entrega será en Chilibre y Las Cumbres, allá se beneficiará a 429 familias más.