¿Quién no ha pasado largas noches de insomnio? Hay quienes piensan que eso sucede porque la carga de su vida es demasiado pesada y que su alrededor se ha tornado difícil. Otros más centrados alegan que no terminarán la travesía para la cual Dios le llamó.
Pero tranquilo, hay una respuesta para ti: Tienes que hacer un alto y llevar todo lo que te aflige y todos tus sueños, sacrificarlos en el altar de Dios. Si no mueres en el altar, todos tus preparativos serán en vano, y no subirás como olor grato delante de la presencia de Dios.
"Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá, y todo el que pierda su vida por causa de Mí, la hallará". (Mt, 16: 25)
Tienes que morir a ti mismo y empezar a vivir para Jesús si quieres ser verdaderamente productivo.
Es necesario morir. Si no mueres a ti mismo, de nada te sirve todo lo que has aprendido de la vida y acerca de Dios.
De nada sirve saber tanto de Dios, si no te encuentras en el camino con el Todopoderoso.
No es lo mismo saber de Dios, que conocerlo. La única forma de conocer en persona a Dios es muriendo a ti mismo.
Moisés pidió ver su gloria y Dios le contestó que ningún hombre podría seguir viviendo si le veía.
Moisés tuvo que morir para ver su gloria y la sigue viendo.
No sigas viviendo tu vida y comienza a vivir una nueva vida en su presencia. Necesitas ver a Dios para seguir.
Muere a ti mismo y vive para Jesús, enfrentarás tiempos difíciles y problemas, pero confía que el Señor ya venció al mundo sólo por ti. Muere a ti mismo y vive para Jesús, grandes cosas empezarán a suceder.
Sólo en la paz del descanso escucharás la voz de Dios.