Práxedes lamenta este incidente. (Foto: Alexander Omar Santamaría / EPASA)
Massiel Arosemena
| Darién, DIAaDIA
La vida de Práxedes Ibargüen, de 47 años, jamás volverá a ser la misma. Ella vio desaparecer a ocho de las 11 víctimas del naufragio de la embarcación que llevaba su nombre, "La Práxedes", ocurrido en Punta Caracoles, Darién.
Aunque no perdió a ningún hijo en la tragedia, sufre mucho, pues cada vez que cierra los ojos divisa aquella imagen de un mar enfurecido que se tragó a ocho jóvenes y niños, a los que vio crecer en el pueblo de Jaqué.
Postrada en un colchón de su humilde residencia, con la voz quebrantada relató a DIAaDIA las cinco horas de agonía en el mar, que ahora constituyen su más amarga experiencia. Contó que rezó el Salmo 91 y que nadaba con confianza y fe de que los once saldrían de la odisea, pero pronto afrontaría la multiplicada pena de ser testigo de la muerte de gente conocida. Denis, Jorge, José y Edilma fueron los primeros en desaparecer de su vista, dijo.
Al narrar esto, Práxedes hizo una pausa y recordó las desgarradoras palabras de Ulda Arboleda: "Se me ahogaron mis dos hijos", no lo podía creer.
Momentos después de esta exclamación, Nilka Pulgarín, de 13 años, hija adoptiva de Arboleda sufrió un presunto infarto.
En ese momento, la prioridad de Práxedes era la de estar cerca de Arboleda, pues tenía la certeza de que si la dejaba sola, ella soltaría el tanque de gasolina que le servía como flotador, para sumergirse junto a sus tres hijos.
Poco después, apareció una lancha que salvó de morir a Arboleda, a Práxedes y a su esposo Luis Hinestroza.
VISITA
El Presidente estuvo ayer visitando a las familias de los desaparecidos y prometió ayudarlos.